Nuestra historia

Una vida en la cocina

Tres generaciones unidas por los fogones.

Hola, somos Edu y Ana la tercera generación de una familia dedicada a la hostelería, concretamente desde el año 1951.

Nuestros abuelos, Marcelino y Maruja fundaron una casa de comidas que abastecía de víveres a los buques de pesca del puerto de la ciudad.

Estos marineros traían su mercancía y Maruja la cocinaba con esmero.

Uno de ellos, le enseñó sin saberlo, la receta del que sería el plato estrella de la casa durante muchos años, la caldeirada. Un guiso tradicional gallego a base de pescado, patatas y ajada, una salsa elaborada con aceite, ajo, vinagre y pimentón de la Vera, que le proporciona ese color rojo tan característico.

Años más tarde, nuestros padres, Ana y Eduardo se hicieron cargo del negocio. Con mucho esfuerzo y ganas de mejorar cada día convirtieron aquella casa de comidas en un restaurante que consiguió en 1996 una Estrella Michellín, la primera en otorgarse en la ciudad y que mantuvieron durante 15 años.

Guardamos grandes recuerdos de esa época, de toda la gente que trabajó con nosotros, de los deliciosos platos que cocinaba nuestra madre y que han quedado en la memoria de muchos y sobre todo el gran ejemplo que nos han transmitido de dedicación y amor por el trabajo.

En el año 2000, abrimos nuestro segundo restaunte, Domus, situado en el museo de La Casa del hombre, con Edu al frente de los fogones. Desde ahí empezó una nueva aventura, los grandes eventos, en la que continuamos en la actualidad. Fueron años de trabajo duro pero recompensado por la confianza de nuestros clientes a lo largo de tanto tiempo.

Y ha tocado otra vez reinventarse y apostar un nuevo proyecto. En septiembre del 2020 abrimos una tienda de comida para llevar con la intención de que la gente pueda disfrutar también desde su casa. Manteniendo siempre nuestra esencia, producto de calidad elaborado con cariño.


Solo podemos estar agradecidos por el apoyo de nuestros clientes, muchos de ellos nuevos, que nos han conocido en esta “nueva versión” y otros que han entrado por esta puerta mucho ante que nosotros y transmiten con añoranza todos los recuerdos que les trae nuestra casa y nos los hacen revivir con ellos.

Os esperamos con los brazos abiertos, con ilusión y muchas ganas.

“De Pardo de toda la vida”